Hay que comenzar aclarando, lo que somos y donde estamos, a pesar de nuestra gran “evolución”, irónicamente la hemos olvidado y es como un barco en alta mar olvidando su ruta y cargamento cuando tiene los motores a toda velocidad; Él está andando y muy rápido, pero ¿hacia dónde?... y si este es el caso de un buque explorador y lo olvida, lo conseguiremos transportando pescado en los cuartos y en un rumbo equivocado.
Nuestra situación como seres humanos es similar, primero olvidamos lo que somos realmente (las antiguas civilizaciones conocían esta respuesta) y es que somos simplemente ALMAS (energía o como sea que se llame) que estamos experimentando en esta dimensión y hemos tomado un cuerpo a base de carbono que inevitablemente sabemos que tenemos que abandonar en cierto periodo determinado. Estas almas tienen cuerpos y esos cuerpos tienen funciones y propósitos como los tiene la humanidad, una planta, nuestro planeta y hasta el sol, están dentro de un diseño que visto de esta manera sirve para hacer que la materia y la energía evolucione cíclica y ascendente dentro de los sistemas que compone.
Ese diseño de aprendizaje es como una película que tiene guiones, actores, escenario, principio y fin. Pregunto: ¿por qué no ser buenos actores y saber realizar nuestro papel? (sin tomárnoslos tan en serio) y no llegar al teatro cuando la obra está casi terminada y querer cambiar todo el escenario a patadas y golpes.
En este escenario es donde nosotros los seres humanos tenemos gran competencia, no por eso tenemos el derecho de destruirlo, sino de guiar su transformación, que es constante y equilibrada, sabemos que los humanos necesitan un hábitat adecuado para comer, vivir y estar, que además debe pertenecer y convivir con otros hábitats ya existentes, realmente la naturaleza diseño los bosques, llanuras y montañas para nosotros pero las hemos cambiado tanto que ya no sirven, no nos sustentan, deseamos demasiado, entonces ahí esta el punto clave a tratar, el retomar nuestras antiguas formas de vida de una manera progresivamente lenta para así poder guiar a la madre naturaleza en su transmutación y que de esta manera podamos ser nuevamente insertados en ella y continúe la historia o el guión como debió haber sido dándole un respiro para que su inteligencia somática pueda reparar y reconstruir todo.